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27 octubre, 2021

A finales del siglo XIX, los espectáculos musicales seguían estando relegados solo  para la alta alcurnia, aquellos que podían permitirse pagar una entrada a un teatro. Ver una buena ópera, asistir a una representación en los escenarios, no era precisamente la prioridad de las nuevas clases obreras, quienes ganaban un salario a veces insuficiente para poder tener una vida cómoda y mantener a sus familias. Sin embargo, las cosas iban a cambiar muy pronto. Las nuevas clases bohemias estaban interesadas en todo lo que tuviera que ver con el arte, pero no de una manera restringida, como aparecía en la nobleza, por ejemplo. Ellos buscaban algo rompedor y vanguardista, algo rupturista, y lo encontraron en ciertos locales que les ofrecían no solo la posibilidad de tener tertulias y reuniones, sino también de disfrutar de ciertos espectáculos. Fuera de las rígidas normas de un teatro, pudiendo beber, fumar y charlas, mientras disfrutaban de una buena actuación. Aquello era el cabaret.

Hoy conocido casi como un estilo de espectáculo, en realidad la palabra cabaret deviene del francés y significa “taberna”. Pues este tipo de locales nacieron precisamente como bares, tal vez más enfocados al estilo de café parisino, solo que con actuaciones. En el famoso barrio de Montmatre, donde se concentraban los pintores, escritores y artistas de la época en París, comenzaron a abrirse este tipo de locales en las dos últimas décadas del siglo XIX. Acogían a dichos artistas para sus reuniones y charlas culturales, mientras daban la oportunidad a cantantes y humoristas para presentar sus espectáculos. Todos ellos contaban con un pequeño bar, e incluso los más grandes, con un restaurante. La idea era ofrecer un buen show en el que los asistentes pudieran estar charlando y comentando mientras el espectáculo se desarrollaba. Sin las tiranteces ni regias normas del teatro, en un ambiente más distendido, que pronto se convirtió en el epicentro de los shows más atrevidos en cada ciudad. En este artículo vamos a hacer un pequeño repaso a la historia de este tipo de locales, para conocer también cómo han ido evolucionando en este siglo y medio de existencia.

El mítico Moulin Rouge

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Apuntábamos en la introducción que el barrio de Montmartre, en París, había sido la cuna de este tipo de locales. El primero de ellos fue Le Chat Noir, abierto en 1881 con un concepto totalmente inusual y rompedor, el de ofrecer shows y espectáculos permitiendo beber y charlar a los clientes. Sin embargo, el primer gran cabaret nace unas calles más abajo, ya en el barrio de Pigale, conocido como la zona roja de París. No podía ser en otro lugar donde se ubicara el mítico Moulin Rouge, un imponente edificio en el que no solo se podía beber y fumar, sino también comer, mientras se disfrutaba de los shows más atrevidos de la ciudad. Es aquí donde surgen algunos de los artistas más importantes de aquellos primeros años, y donde se popularizan también los shows eróticos.

Bailarinas y prostitutas

Y es que en los cabarets podían actuar desde humoristas hasta cantantes, y era habitual tener música en directo durante toda la noche. Sin embargo, había algunos shows que eran realmente especiales por lo rompedores que suponían para la época. Las bailarinas exóticas estaban entre las estrellas de estos locales. Sus sugerentes bailes, desde el can-can hasta unos primeros stripteases, volvían loca a la audiencia. Y por supuesto, no solo había bailarinas, sino también prostitutas, dispuestas a facilitar un poco de placer para aquellos clientes que se habían quedado con las ganas al ver esos sinuosos bailes. No por casualidad los primeros cabarets de las grandes ciudades se ubicaban habitualmente en sus barrios rojos, es decir, aquellos donde ya trabajaban estas profesionales del placer. El erotismo y la libertad sexual eran una de las marcas de la casa de aquellos primeros cabarets de finales del siglo XIX y principios del XX.

Evolución de los shows de cabaret

Aquellos primeros cabarets eran locales creados por y para los artistas. Pintores y escritores, también estudiantes adinerados, que habían buscado una nueva forma de ocio para disfrutar de sus reuniones. Los shows de cabaret eran bastante innovadores en un principio. De hecho, fue en estos locales donde se comenzaron a dar los bailes sensuales, los shows de transformismo (tanto en hombres como en mujeres) y a aparecer las primeras reivindicaciones para el colectivo homosexual. Evidentemente, las autoridades de la época pocas veces veían con buenos ojos esos shows tan rupturistas, y en más de una ocasión amenazaron con cerrar dichos locales, cumpliendo esas amenazas en periodos concretos, como la llegada de Hitler al poder en Alemania.

Las primeras compañías europeas de cabaret realizaban shows de música, baile y humor por todo el mundo, expandiendo así este estilo por Sudamérica y Norteamérica. En las primeras décadas del siglo XX comienzan a abrirse cabarets en ciudades como Buenos Aires, La Habana o Nueva York. El estilo original se fusiona con las características propias de cada país, dando lugar a espectáculos que van evolucionando. En Estados Unidos, por ejemplo, la música jazz toma el control, mientras que en España el transformismo y los bailes sugerentes eran los reyes del espectáculo. Tras caer un poco en el olvido a mitad del siglo XX, el cabaret se reconvirtió de nuevo en un estilo diferente y llamativo, siempre innovando y haciendo uso también de las nuevas tecnologías.

Espectáculos de cabaret

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Los shows de cabaret siguen contando hoy en día con ese punto picante que los ha hecho reconocidos en todo el mundo. En Estados Unidos, sin embargo, se prefiere el estilo burlesque, algo más autóctono. En España, el género de Revista tuvo un gran apogeo en su momento. Actualmente, todavía existen locales de cabaret que siguen la estela de aquellos pioneros del París de finales del XIX. Lugares donde hay shows de baile, música y también bebida y comida para cualquier cliente. El éxito de películas como Cabaret, Moulin Rouge o Chicago, basadas todas ellas en musicales, ha vuelto a poner de moda este estilo que hoy en día cuenta con millones de adeptos en todo el mundo.

Cualquiera puede visitar aquellos míticos primeros locales, como el imponente Moulin Rouge en París o el famoso Lido, también en la capital francesa. En Nueva York, el Cotton Club se ha reconvertido en uno de los locales más históricos de la ciudad. En Barcelona, la ciudad más vanguardista de España en este sentido, sigue habiendo cabarets bajo la denominación de cafés-teatro o salas de fiesta. Y a lo largo y ancho del mundo, diferentes compañías llevan a cabo espectáculos donde el cabaret suele mezclarse con el teatro, la música y el baile. En España, el show The Hole ha obtenido una gran popularidad, siguiendo en cartel después de más de diez años de funciones por todo el país, y llevando este tipo de espectáculos a grandes recintos y auditorios.